miércoles, 26 de mayo de 2010

25 de Mayo de 2010

El acto de cierre de los festejos por el Bicentenario fue el que más gente reunió en la historia argentina
A la 9 de Julio se acercaron más de dos millones de personas, una cantidad que supera a cualquier otra concentración realizada en el país; aseguran que se acudió a la celebración sin importar la pertenencia política; historiadores recordaron otras manifestaciones masivas

Más allá de los partidismos y de los cruces políticos, el cierre de la celebración por el Bicentenario, que ayer tuvo en la 9 de Julio su escenario principal, fue el acontecimiento más masivo de la historia argentina. Nunca antes, en los 200 años de vida que cumplió el país, más de dos millones de personas se habían congregado para festejar un acontecimiento o para repudiar una acción.

Al repasar las ocupaciones del espacio público que tuvieron lugar en el país, los historiadores coinciden en que nunca se vio una convocatoria tan exitosa como la vivida ayer en el día de la Patria. La multitud, que incluyó contingentes de diversos puntos del país, desbordó, en el cierre de los festejos, el perímetro previsto por los organizadores y numerosas calles se cerraron inevitablemente al tránsito vehicular por la cantidad de peatones.

Aunque recordado más por la masacre en la que derivó, quizás el único momento de la historia que puede compararse por la cantidad de asistentes fue la llegada de Perón a Ezeiza en 1973. "En ese momento se hablaba de un millón y medio de personas, pero lo más importante es que fue con un sentido muy distinto, que terminó siendo uno de los episodios más violentos que vivió el país", dijo el historiador Pacho O´ Donnell.

"Aquel fue un acontecimiento partidario en cambio lo de ayer fue un festejo", señaló en diálogo con lanacion.com el historiador Luis Alberto Romero y agregó que no considera a la celebración del Bicentenario como un acto político, ya que "no tuvo una cabeza a la que todos pudieran mirar".

Por eso, no sólo el número de asistentes sorprendió a los historiadores en el festejo del Día de la Patria. "No tuvo el menor cariz político, aunque el Gobierno quiera presentarlo así. Hubo un sano patriotismo, en el sentido de celebrar un cumpleaños importante para el país, como algo cultural", indicó Romero.

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El Bicentenario en una Escuela


El Himno Nacional, cantado en el Valle de la Luna


Espectáculo en 3D en el Cabildo


Reapertura del Teatro Colón


Desfile de carrozas en el Acto Central


Recital de Juan Carlos Baglietto en el Obelisco





El Recital de Fito Páez

“La gente en la calle, qué hermosa. Esto no me lo voy a olvidar nunca en la vida.” La frase, lanzada por Fito Páez en lo que fue el cierre del recital más multitudinario que se haya realizado jamás en la Argentina, debe haber sido repetida, de millones de formas, por los millones que se lanzaron al festejo durante cinco días que, sí, fueron históricos Fue un concierto redimensionado por el marco excepcional de un público que, visto desde el escenario, era una marea sin fin, desde la avenida Corrientes hasta pasando Belgrano, encajonado a los costados por los edificios de la 9 de Julio, desbordando en las calles laterales y sobresaliendo en cada elevación que proveyera el paisaje. Fito Páez asumió su rol cargado de una batería de grandes éxitos, todas esas canciones que trascendieron el tiempo. Recorrió “El chico de la tapa”, “11 y 6”, “Circo Beat”, “A rodar”, “Dar es dar”, “Tumbas de la gloria”, “Te vi”. Y deslizó un guiño cuando cambió la letra de “El diablo de tu corazón”: “Las cosas ya empezaron a estar mejor”, cantó. “Estamos muy felices de sentir que empezamos a pertenecer”, dijo también en una parte de su actuación. Fito tocó en un piano pintado por su hijo Martín y tuvo dos chicas como invitadas: Fabiana Cantilo y Claudia Puyó.


El Himno Nacional

Sobre las dos de la mañana, inmediatamente antes de los fuegos artificiales, el Himno Nacional, coreado como en la cancha, pero por un par de millones, marcó el punto final del festejo. Sobre el escenario, Fito Páez invitó a un coro formado por su banda, sus invitados, más Jaime Torres, Kevin Johansen, Diego Frenkel, Rodolfo García, Emilio del Güercio, Hugo Varela, Guillermo Fernández, Ariel Prat, Marcelo Moura, Federica Pais, Andrea Pietra, Juan Leyrado y Patricio Contreras, entre otros músicos y actores, y también por el secretario de Cultura, Jorge Coscia. Pero lo verdaderamente importante ocurrió debajo del escenario, en la inolvidable postal de la multitud coreando, gritando, aplaudiendo, vivando el Himno. Después sobrevino un monumental show de fuegos artificiales, con rayos láser y tango de fondo

La Historia del Bicentenario representada por 2.000 artistas

El impacto artístico del cierre estuvo dado por el impresionante desfile con el que Fuerza Bruta mostró los doscientos años de historia. Entre el despliegue y el cuidado de cada detalle –las megapuestas, las acrobacias, las músicas en vivo, las actuaciones de miles– se hacía difícil elegir dónde centrar la atención.

La Historia de 200 años en 19 cuadros artísticos.

La Historia de 200 años en 19 cuadros artísticos.




Opiniones sobre la gran movilización del pueblo

Un punto en común entre los analistas es subrayar que por una vez un acto en las calles con semejante nivel de participación no fue para protestar contra nada. “Fue la primera movilización tan masiva para festejar y rendir homenaje al país, no para reclamar o protestar. Fue todo a favor y nada en contra”, destaca Doris Capurro, de Ibarómetro. Sergio Berensztein, de la consultora Poliarquía, se suma al análisis. “Fue más al estilo ‘mundial’, casi carnavalesco. Lo empariento con la canción ‘Fiesta’, de Serrat. Se vivió un momento en el que todos fueron iguales, al norte y al sur del Obelisco. Hubo una recuperación del espacio público con mucho contenido no político”, agrega.